Así es la vida dentro de una casa cubo. Such is life in a cube house

Hace falta algo de imaginación para comprobar que este conjunto de edificios cónicos emplazados en el centro de la ciudad holandesa de Rotterdam recrea la imagen de un bosque. Sin embargo, a poco que uno se fije en los detalles, podrá dar con todas las claves de tan bucólico proyecto.

Proyectadas a principios de la década de los 80 por Piet Blom, representante del estructuralismo arquitectónico, cada una de las 38 casas, asentada sobre un pilar que hace las veces de tronco y girada 45º, representa un árbol con la copa en forma de cubo. 

Esta, al menos, era la idea de su autor, que se esforzó en erigir un pueblo dentro de la propia ciudad, un refugio con todos los servicios donde no tuvieran cabida espigadas moles de cemento sino pintorescas viviendas que recordaran a la foresta y el aire puro, a los colores de la naturaleza. De esta manera, la estética debía prevalecer sobre la funcionalidad.

A una altura de 22 metros (sin contar el pilar exagonal), cada uno de los cubos, con aproximadamente un espacio de cien metros cuadrados en su interior, cuenta con tres niveles. Pero hace falta adentrarse en ellas para percibir cómo la inclinación genera cierta extrañeza capaz de engañar a los sentidos: al prescindir de las convenciones de las casas habituales, las paredes oblicuas y las grandes cristaleras dan la sensación de que al pisar, el cuerpo se cae hacia un lado.

Aunque la mayoría de los cubos son de propiedad privada, otros tantos forman parte del albergue juvenil Stayokav, inaugurado en el año 2009. Por ello es posible vivir una experiencia singular en el que está considerado el más carismático conjunto arquitectónico de la ciudad de Rotterdam: cerca de 50 habitaciones con baño privado, cada una diferente del resto, con un diseño atrevido y modernas facilidades.

Los que no quieran pernoctar, sí pueden al menos visitar la única casa cubo abierta al público. Un cubo completamente amueblado y decorado con la puerta de entrada en el bajo, la cocina y el salón en la primera planta y el frondoso jardín en la última, empleada también de solarium. Una forma interesante de descubrir cómo es la vida en estas extravagantes viviendas.

Fuente: idealista.com

 

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